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lunes, 7 de noviembre de 2011


Siempre quise saber que se sentía al ser mayor, jugaba a pintarme los ojos azules y los labios rojos, a creer que tenia quince años cuando en realidad no llegaba a los seis. Me ponía tacones de colorines con los que apenas podía mantenerme en pie y me ponía camisetas tres tallas mas grandes que me llegaban de vestido. Creaba un novio perfecto y una vida de ensueño, incluso a veces llegaba a casarme con príncipes que me llevaban a fiestas en castillos encantados. Pero ahora tengo dieciséis y la realidad no se parece en nada a la vida que creía cuando solo era una niña, ya no creo en los cuentos de hadas, en el hombre perfecto, ni en los sueños que se hacen realidad. Ahora tienes que esforzarte en conseguir lo que quieres, no vale con ponerle carita de pena a mamá o decirle por favor treinta veces seguidas hasta que termine cediendo y si alguien te hace daño, o traiciona, ya no te sirve un caramelo de limón y una sonrisa de cualquiera, las cosas cambian, ya que te das cuenta de que esa misma persona que te ha hecho daño es una de las pocas que podrá hacerte sonreír de nuevo ♥